Esta recopilación incluye tres relatos.


EL MÁS PURO TERROR.

(Fragmento) Si no dejaba de pensar en aquel ring lleno de gente se debía al hecho de que en mi mente, lo que había acabado con la vida de mi padre no era ni más ni menos que otra atracción de feria. A papá le apasionaban los retos. Un día vio un anuncio en el periódico. Se trataba de un espectáculo terrorífico, que prometía pesadillas para el resto de tu vida, eso si tu corazón y tu mente aguantaban. Papá me llamó por si me apetecía acompañarle. Me hizo recordar el episodio del ring y me dijo que estaba en las mismas que aquella mañana. ¿Qué tipo de espectáculo podían ofrecer que fuese tan aterrador? ¿Cómo conseguirían asustarlo hasta el punto de perder los nervios, o la chaveta?

Yo le dije que tenía mucho trabajo, y que ya me lo contaría a su regreso. Pareció muy contrariado. Insistió, y yo volví a negarme. Cuando tomé la decisión de acompañarle, cuando me di cuenta de que me estaba pidiendo volver a hacer cosas juntos, como cuando era niño, ya era tarde. Se había ido en el mismo autobús que yo cogí aquella mañana. Por lo que sé, vio el espectáculo sólo...
(Fin del fragmento)



PRESO

(Fragmento) La mujer anota lo que él dice. Se puede oír el rasgueo del lapicero sobre el papel.

- En ese momento, ¿es consciente de que está soñando?
- No siempre. Pero le aseguro que es mejor cuando no me doy cuenta. Así no sufro, simplemente… sueño.
- Entonces lo que le hace sentirse mal es percatarse de que está soñando...
- Y no poder salir.
- ¿Salir?
- Despertar. Pero es tal la sensación de estar preso que no pienso en despertar, sino en escapar. ¿Qué hace?

La mujer levanta el lápiz del papel.

- Tomo notas. ¿Le molesta?
- No. - Y tras una pausa: - ¿Seguro que está haciendo eso?
- Seguro. Aunque, si le molesta, puedo dejar de hacerlo.
- No. Si es eso lo que hace no me molesta.
- Bueno... Estaba diciendo que cuando se percata de que está soñando no piensa en despertar, sino en escapar.
- Exacto. Verá. La cosa sucede tal que así. Estoy soñando tranquilamente. Quizá caigo sentado en una silla de ruedas desde una avioneta y veo pasar debajo de mí y a toda velocidad los continentes, mientras una ligera brisa remueve mi cabello y pienso que no me importa acabar de un batacazo en el océano dado que volar es simplemente maravilloso. O quizá... 
(Fin del fragmento)



LOS OJOS DEL POZO

(Fragmento) La conversación con la doctora Salas me ha dejado confuso, pero la lectura de esta libreta me ha turbado. Comparto con ella la teoría del suicidio. Ambos conocíamos a Mario Peralta desde hacía años, y no nos pasó desapercibido su carácter depresivo.


El pozo tiene solo tres metros cúbicos. En un primer momento pensamos en algún tipo de ácido. Yo lo seguía pensando hasta la conversación de esta tarde. Es evidente que el análisis de los restos de Peralta y del agua (si es que podemos hablar de ello por separado), resolverá las incógnitas. Pero hasta entonces admito que el misterio de esta muerte en particular ha disparado mi imaginación. Es más, si ahora mismo tuviera los resultados sobre mi mesa, en un sobre lacrado, creo que los dejaría ahí hasta mañana. Esta noche prefiero dejar sitio a lo inexplicable. Es una forma más de sentir que estoy vivo. 


Mi vida es como un álbum de fotos en blanco y negro, con más páginas de las que me gustaría, y donde todas las fotos se parecen demasiado entre sí para despertar ningún interés. Y este caso es como una instantánea a todo color en el interior de una pirámide.


Peralta dejó una libreta con anotaciones. La tengo aquí, de su puño y letra. Debería estar en manos de la policía. La doctora me pidió que utilizara guantes. Así podrá devolverla a su sitio dentro de unos días sin que se note nuestra pequeña intromisión. Ha decidido no entregarla de momento. Quiere esperar a los resultados. 

Si se confirma que Peralta utilizó algún tipo de ácido, un producto químico con su nombre y procedencia... 

(Fin del fragmento)

Descargar en Amazon.es-->> http://www.amazon.es/dp/B00CPDPWM6

Descargar en Amazon.com-->> http://www.amazon.com/dp/B00CPDPWM6